PORTO ALEGRE.- Las filmaciones de las cámaras de seguridad y la caja registradora de la discoteca Kiss, donde el domingo murieron 231 personas en un incendio, desaparecieron del lugar y no pudieron ser secuestradas por la Justicia, en un hecho supuestamente intencional, según admitió la fiscal Waleska Flores Agostini.
Por el siniestro están detenidos los dos dueños del local bailable, Elissandro Spohr y Mauro Hoffmann, acusados de haber alterado la escena criminal y de obstaculizar la investigación. En el marco de la causa, la Justicia ordenó el embargo de sus bienes, para garantizar el posible pago de indemnizaciones que reclamen las víctimas y los familiares de los fallecidos.
También fueron arrestados dos de los integrantes de Gurizada Fandangueira, el vocalista Marcelo de Jesús dos Santos y Luciano Bonilha, que se presentaba en el establecimiento en el momento en que comenzó el incendio, ante la versión de que una bengala que lanzó el grupo fue la causante del fuego. Sobre ellos pesa la sospecha de que escondieron los artefactos de pirotecnia con los cuales se inició el incendio.
Los miembros de la banda negaron responsabilidad y sostuvieron que el incendio fue provocado por un cortocircuito. "Dijeron que la bengala era de 'fuego frío', sin pólvora, y que no podía incendiar ningún tipo de material", afirmó la funcionaria judicial.
El sitio tenía capacidad para 691 personas, pero se calcula que había más de 1.000. La única salida estaba mal señalizada y fue momentáneamente bloqueada por los guardias de seguridad, que exigían comprobantes del pago de la consumición. Los extintores no funcionaban y se intentó apagar el fuego arrojando vasos con agua. Pese a que los bomberos aseguran que el establecimiento cumplía las exigencias de seguridad por lo menos hasta la última inspección, la licencia de funcionamiento del boliche estaba vencida desde agosto de 2012. El diario O Estado de San Pablo invitó a sus lectores a trazar un "mapa de las discos inseguras" a través de las redes sociales.
En la noche del lunes, unas 30.000 personas, en su mayoría con ropas blancas y con flores y globos de ese color (se había pedido expresamente que no llevaran velas), participaron en una marcha silenciosa por el centro de Santa María para honrar a las víctimas. La manifestación fue organizada a través de las redes sociales en Internet. La dolorosa caminata sólo fue interrumpida cada tanto por aplausos, rezos y cánticos religiosos.
Frente a la discoteca, los participantes hicieron un minuto de silencio y demandaron el castigo a los responsables, a los gritos de "justicia, justicia, justicia". "Ha sido un acto simbólico para demostrar nuestro luto y pedir paz", afirmó Cassio Aguiar, uno de los organizadores.
Ayer, los comercios de esta ciudad de 270.000 habitantes, reabrieron sus puertas pero pusieron cintas negras en las vidrieras, en memoria de los muertos en el incendio. Todavía hay 118 personas hospitalizadas, 75 de ellas en grave estado. (Télam-DPA-Reuters)